Convento y Balneario de Cardó
EL DESIERTO DE CARDÓ
El desierto de Cardó, que se convirtió en balneario en el siglo XIX, está situado en la cima del espectacular acantilado de Salt del Frare, en la sierra de Cardó, en el término municipal de Benifallet. Se puede acceder por carretera desde Rasquera y por pista desde Tivenys. De estilo barroco, el “Desert” (nombre dado a unos determinados ermitaños, conventos y monasterios de algunos órdenes religiosos situados en un llano) está datado entre los siglos XVII y XVIII.
Los primeros trabajos comenzaron en 1604. Las primeras edificaciones las construyeron tres frailes y un peón. En primer lugar, habilitaron como vivienda una cueva situada en la base de la roca donde se asienta la Ermita de la Columna, construyendo solamente un muro para cerrar la entrada de la cueva, conocida hoy como la cueva del Fundador.
Inicialmente se construyó un modesto primer edificio, situado en el centro del desierto y que consistía en una pequeña casa y una capilla de reducidas dimensiones, hechas de piedras y barro, frente a la portería del monasterio proyectado. La compra de los terrenos y la toma de posesión del valle se produjo en 1606 y el 6 de abril se colocó una lápida conmemorativa en la fachada de la capilla (lápida que luego se colocó en la fachada del monasterio). A partir de este momento comienza la construcción del convento y de las 14 ermitas, cuya estructura era muy similar: altura de unos 3-4 metros, entre 6 y 7 metros de longitud y estaban distribuidas en cuatro salas (un pórtico, un oratorio, una celda y una pequeña cocina).
El edificio original fue construido en 1606 por el carmelita tortosino Fra Pau de Crist, quien estableció la comunidad de los Carmelitas Descalzos. Bajo la advocación de San Hilari constaba, además de los edificios conventuales, de un conjunto de 14 ermitas diseminadas por los alrededores. Quedan en pie las de San José, San Roque, San Simeón o ermita de la Columna construida sobre una roca que tiene esta forma, Santa Inés y Santa María del Borboll.
A partir de 1606 y durante unos dos siglos, la vida en el desierto fue monástica. El 12 de mayo de 1607 ya se pudo trasladar el Santísimo a la nueva iglesia y se instaló la comunidad religiosa. La Comunidad quedó instalada oficialmente en 1617.
DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL, EL BALNEARIO
Durante la guerra carlista los frailes tuvieron que abandonar el lugar y refugiarse en los pueblos cercanos (Tivenys, Rasquera y Benifallet). Este abandono fue definitivo ya que coincidió con el decreto de desamortización del ministro Mendizábal de 1836. Una parte de Cardó fue subastada en 1844. El abandono y el expolio dispersaron las pertenencias de los monjes: tapices, libros, cuadros y objetos de valor pasaron a propiedad privada. La mayoría de los libros de la biblioteca, que parece ser que disponía de una gran cantidad de volúmenes, fueron quemados.
Durante dos décadas Cardó fue abandonado, ya que las tierras de cultivo eran escasas y los elevados costos del transporte de las mercancías que se obtenían de las explotaciones hacían inviable su comercio.
En 1866 unos empresarios tortosines decidieron transformar las ruinas del monasterio en un lugar de baños aprovechando las propiedades de sus aguas. Se reconstruyeron parte de las dependencias en ruinas y se aprovecharon las que estaban en buen estado. La propiedad era del Estado. En 1870, el edificio seguía siendo propiedad del Estado, pero las tierras de cultivo situadas al lado del monasterio ya eran propiedad de José Monclús, aunque las fuentes eran de libre aprovechamiento. En 1872 Salvador Cabestany Gasol compró, junto con su tío, cuatro fincas de Cardó en las que estaban incluidos los edificios del Monasterio. En 1877 ya era el propietario único de estas fincas. En 1879 ya se habían blanqueado los claustros, corredores y otras dependencias. En la antigua iglesia se instaló provisionalmente el comedor y las celdas del Prior, la sacristía y las habitaciones contiguas, que se habilitaron como vivienda del propietario, mientras que el resto de las celdas se convirtieron en habitaciones para los huéspedes. Se añadieron después otros cuerpos al edificio, se cubrió con cristales el patio central del claustro para convertirlo en cafetería-restaurante y luego se cambió de ubicación el comedor para transformar la iglesia en salón de fiestas. Para el culto sehabía habilitado una pequeña habitación cubierta con bóveda del corredor "Fortí", con conchas en sus ángulos que, al parecer, había sido la capilla privada del Prior o bien, capilla del Sacramento.
En 1883 Salvador Cabestany restauró los edificios y los convirtió en un moderno balneario. En 1884 ya eran patentes muchas de estas reformas. Ese mismo año se construyó la capilla actual encima de una vieja dependencia del monasterio. En 1885 se abrió un camino entre Tivenys y el Monasterio y en 1887 se amplió y se convirtió en la carretera que enlazaría Cardó con Tortosa.
En 1886 adquirió la propiedad de José Monclús, con lo que Salvador Cabestany quedó como único propietario del valle. En 1887 las aguas de Cardó fueron declaradas de utilidad pública.
A finales del siglo XIX el lugar gozó de gran fama. En 1899 Salvador Cabestany dio un gran impulso al balneario con la construcción de Sant Salvador. Para construirlo fue necesario derribar el antiguo acueducto que conducía el agua de la fuente de la Columna al Monasterio. Salvador Cabestany había dado permiso al señor Margenat para construir un piso encima de las habitaciones del "Fortí", para utilizarlo para su veraneo. Después, este piso se convirtió en habitaciones para los clientes, a un lado y otro del amplio corredor.
En 1902 se empezó a construir la nueva carretera a Rasquera. Se necesitaba construir un túnel que diera entrada a las propiedades del Balneario, acabado el año 1903, y en 1904 ya se pudo inaugurar la nueva carretera, que hizo aumentar el número de visitantes, aprovechando la estación de ferrocarril de Móra la Nova. Con la muerte de Salvador Cabestany, el Balneario pasó a ser propiedad de sus hijos en 1912.
GUERRA CIVIL
Durante la Guerra Civil el balneario fue sede de las Brigadas Internacionales y en 1938 se estableció un hospital de urgencia del ejército republicano coincidiendo con la Batalla del Ebro. En 1940 el señor Ricardo Viñas Geis abrió nuevamente el balneario invirtiendo un gran capital. El nuevo propietario inició una serie de reformas, de las cuales las más importantes fueron la construcción del nuevo y gran comedor y la construcción de la plaza de los tilos.
Con la construcción del nuevo comedor, el antiguo comedor de primera pasó a convertirse en una gran cocina. El comedor de segunda, con una larga mesa común a todos los comensales, estaba donde hoy está el de servicio, y debajo de sus losas se encontraba la osamenta que, contigua a su cementerio, tenían los frailes carmelitas.
El balneario disponía de alumbrado eléctrico, pista de tenis, piscina, sala de cine y sala de baile hasta el año 1967, que el conjunto de edificios quedó abandonado.
En 1974, la propiedad fue adquirida por Enric NomenBorràs, quien inició una planta embotelladora de agua de las Fuentes del Borboll. En 1981 fue adquirida por Nestlé, S.A. y en 1987 pasó a manos de Abengoa, S.A., para finalmente ser adquirida en 1989 por Llet Pascual, que inició una transformación del complejo industrial. En 2007 se detuvo la actividad embotelladora.